Bienvenidos a mi Historia

Bienvenida a mi espacio, soy Fernanda Rodrigues Alves, y vengo de la hermosa Tierra de Salvador de Bahía, Brasil.

Desde muy pequeña, he sentido una profunda conexión con los rituales y la vida espiritual, un vínculo que ha sido fundamental en mi vida y en la de mi familia. Tuve la suerte de ser adoptada por una familia que fomentó estos lazos, donde convivían mi padre, mi madre y mi abuela, cada uno con su propia fe: mi abuela era testigo de Jehová, mi padre católico y mi madre espiritista. Esta diversidad me enseñó a respetar y valorar cada creencia.

Recuerdo con cariño cómo, junto a mis amigos, nos fascinaban las imágenes religiosas, especialmente aquellas con ojos de cristal que parecían cobrar vida. Las iglesias se convirtieron en mi refugio, un lugar donde podía desconectarme del mundo y encontrar la paz interior.


Si me preguntas sobre la espiritualidad que he cultivado, te diré que se basa en el amor. El amor es la fuerza que sana y transforma, un amor superior y divino. Ahora, viviendo en Vic, Barcelona, la ciudad de todos los Santos, continúo mi camino espiritual.

Hace 15 años, abrí una tienda dedicada a minerales y terapias sanadoras. En este espacio, tengo el privilegio de ayudar a muchas personas a sentirse mejor y a encontrar su propio camino espiritual. Cada día, me llena de alegría ver cómo mis clientes descubren su luz interior y se conectan con su esencia.

Los rituales son una forma de agradecer a los dioses, un reconocimiento de fe, amor y esperanza. La idea de crear barquitas nació en un San Juan, cuando necesitaba hacer tres peticiones urgentes. Construí mi propia barquita y la lancé al mar, junto con mis deseos. La diosa del mar escuchó mis súplicas y, en pocos días, me concedió lo que pedí. Prometí que, si mis deseos se cumplían, haría barquitas para quienes las necesitaran.

Las casitas que he creado son un homenaje a San José y la Virgen María, en agradecimiento por la familia que me acogió. Cada barquita y casita que elaboro está impregnada de paz y amor, porque creo firmemente que estas son las fuerzas que sanan.

Desde mi tierra, Yemayá, una de las diosas más veneradas, nos acompaña en este viaje. En Europa, la Virgen del Carmen, patrona de los pescadores, y la Virgen del Cobre, venerada en Centroamérica, especialmente en Cuba, representan esa conexión divina.

Deseo que el amor de estas figuras llegue a vuestros corazones. Recuerda que la fe no tiene límites y no acepta desafíos. Que tu fe en tus peticiones sea firme e inquebrantable, y que los seres de luz te acompañen siempre.

Con cariño,
Fernanda Rodrigues Alves

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